Tras pasar nuestra primera noche en Friburgo nos levantamos temprano para ver una de las cosas más esperadas por Mario y David: el monumento a Freddie Mercury en Montreux: para ello cogimos el coche y, recorriendo carreteras comarcales, fuimos directos a Montreux. EL porqué de coger esta ruta y no la autopista es porque desde la carretera tienes la oportunidad de ver el lago Léman desde la colina que hay a la entrada de la ciudad.
Una vez en Montreux fuimos directos al paseo marítimo para ver la estatua de nuestro amado Freddie. Señalar que, salvo el monumento, la ciudad tiene poco que visitar. Lo único es que si eres amante de la música hay numerosas tiendas de recuerdos de todos los artistas que han pasado por sus famosos estudios de grabación.
Después de comer fuimos directos al castillo de Chillón, situado a las afueras de Montreux. Esta fortaleza se empezó a cosntruir en el siglo XII y hasta el XVI perteneció a los condes de Saboya. Más tarde fue utilizado como puesto fronterizo y como cárcel.
Es muy recomendable su visita, puesto que a lo bien conservado que se encuentra se une un perfecto itinerario por su interior que da una perfecta visión de cómo se vivía en el castillo. A destacar las mazmorras con sus paredes hechas de la roca donde está situado el castillo y su torre defensiva, que aporta una visión muy bonita del lago Léman.
De vuelta a Friburgo fuimos a pasar la tarde a Gruyeres. Tal como indica su nombre es la localidad que ha hecho famoso el queso que se fabrica en sus queserías. Pero lo recomendable es pasear por sus calles, puesto que el verdadero encanto de la villa es aspecto de pueblecito de cuento. Y a destacar una cosa que no indica ninguna guía de viajes: en el corazón de Gruyeres se encuentra el bar-museo de Giger, famoso por ser el creador del monstruo de Alien.
Itinerario en coche Friburgo-Montreux-Gruyeres
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