Nuestra estancia en Suiza llegó a su fin tuvimos que volver a Milán, donde íbamos a estar dos días antes de volver a Barcelona.
Después de 4 horas de viaje llegamos a la ciudad italiana al mediodía. Después de descansar en el hotel (por fin una ducha solo para nosotros) salimos a dar una vuelta por el centro. En Milán hay poco que ver, pero solamente por ver el Duomo merece la pena ir a visitarla. Por lo tanto dimos una vuelta por la iglesia, el paseo porticado de tiendas (curiosa la mezcla entre moda y ambiente cutre) y el palacio Sforza.
Al día siguiente fuimos a ver el Duomo por dentro. Mario y David aprovecharon para subir al tejado de la catedral y así disfrutar deuna visión privilegiada de la ciudad.
La tarde la aprovechamos para visitar uno de los lugares más cusiosos de Milán: el museo Leonardo de la Ciencia. Lo recomendamos porque, aparte de poder ver un extenso recorrido por la historia de la ciencia, hay una colección de inventos que realizó Leonardo da Vinci para numerosos fines: desde la medicina hasta el urbanismo.
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