Desde Atenas se pueden realizar varias excursiones de ida y vuelta a la capital. Nosotros dedicamos una tarde a ver el cabo Sunión y un día entero a visitar Epidauro y Micenas.
En el cabo Sunión se encuentra un templo dedicado al dios Poseidón, pero el verdadero interés en visitarlo radica en que ver la puesta de sol más famosa de toda Grecia. Para llegar al cabo se bordea toda la costa sur del Ática por lo que podemos disfrutar de una vista de las playas de esa zona. Una vez que lleguemos al cabo hay que tener en cuenta un aspecto importante: aunque avisan que cierran las visitas al atardecer a partir de las 19:00 ya no dejan entrar a nadie.
|
Mario ante el templo de Poseidón del cabo Sunión |
Epidauro y Micenas se encuentran en el Peloponeso a unas tres horas de Atenas.En primer lugar fuimos a ver Epidauro, donde se encuentra en más famoso y mejor conservado teatro griego de la antiguedad. Solamente el hecho de poder visitar este teatro merecen la pena las horas de coche. Mario y David disfrutaron de lo lindo cantando desde la piedra central del escenario del teatro y se maravillaron de la magnífica acústica natural del recinto. Lo que si recomendamos plenamente es comer en la playa del pueblo de Epidauro. En una de sus calas privadas disfrutamos de un delicioso atún y de un baño maravilloso.
|
Mario, Rosa y David ante el templo de Epidauro |
|
Apunto de bajar a cantar |
|
Rosa, Mario y David en las ruinas de Epidauro |
|
Mario y David en la playa de Epidauro con nuestro coche de alquiler |
|
En una de las calas de Epidauro |
|
Los hombres Álvarez tras el chapuzón |
En cuanto a Micenas, la familia Álvarez-Ramos pudo ver de cerca uno de sus monumentos preferidos: la puerta de los leones. El resto de la ciudad está bastante en ruinas, pero a pesar de que han pasado más de 4000 años, sus murallas ciclópeas siguen maravillando a aquel que las vea.
|
Puerta de los leones de Micenas |
|
Mario ante las murallas ciclopeas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario