Desde hace unos cuatro años tenemos reservado un fin de semana para salir sin los niños. Para ello nos juntamos los Serrano, los Pérez, los Avellaneda y los Álvarez y nos olvidamos de las obligaciones de padres para disfrutar durante 48 horas de lo que significa pasear, comer y dormir sin hijos. Tras viajar en años anteriores a Roma, Logroño y Brujas decidimos que tal y como están las cosas lo mejor era no gastar mucho dinero y salir cerca de Barcelona.
El sitio elegido fue Santa Pau, precioso pueblo medieval situado en la Garrotxa. El hotel donde pasamos la noche fue Cal Sastre, ideal para pasar una estancia tranquila por su situación cara a la montaña. El primer día lo dedicamos a visitar Besalú y Olot, donde cenamos en un restaurante muy recomendable ubicado en la plaza de la vila.
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