miércoles, 26 de enero de 2011

Amigo invisible

Este año hemos vuelto a poner en práctica una tradición que parecía olvidada: el amigo invisible. Ésto ha hecho que nos hayamos vuelto a juntar para el evento el grupo de siempre: los adultos Pedro, Montse, Jose, Encar, Antonio, Elena, Rosa y Gustavo y los "pequeños" Paula, Víctor, Joan, Elia, Adrián, Lydia, Blanca, Mario y David.




Y, pensando en los tiempos de crisis en que vivimos, se hizo una pequeña adpatación en el concepto de regalo: no había que gastarse ni un euro en comprarlo, sino que había que buscarlo entre esas cosas que tienes en casa y que no tiras por si acaso. Esto hizo que se produjesen situaciones cómicas como por ejemplo que Gustavo regalase una bufanda porque las odia y como regalo obtuviese otra.



Pero el objetivo final se cumplió: todos nos divertimos. Y como muestra aquí tenéis esta foto del grupo.



sábado, 8 de enero de 2011

Navidades en la nieve

Como debíamos un fin de semana a Mario y David decidimos irnos a pasar parte de las navidades a la nieve. El lugar escogido ha sido Llívia, pueblecito acogedor que ya conocíamos de una visita anterior.

Nada más llegar dejamos las maletas en el hotel y nos pusimos a pasear por el caso antiguo del pueblo. Tras visitar los edificios típicos del lugar: la farmacia más antigua de europa y la iglesia, hicimos una pequeña ruta de unos 2 kilómetros hasta el castillo de Llívia. Dicho castillo estaba (porque prácticamente ya no queda nada) en un montículo cerca del pueblo: Su visita es recomendable porque desde las ruinas del mismo hay una vista privilegiada de prácticamente todo el valle de la Cerdaña.







Por la tarde fuimos a visitar la zona amurallada de Bellver -especialmente curiosa es la historia de la lucha en las murallas del pueblo entre sus habitantes y los anarquistas del "cojo de Málaga"-. Y por la noche a pasear y cenar por las calles iluminadas de Puigcerdá.

Al día siguiente nos fuimos a esquiar a las pistas de Font Romeu. El tiempo nos acompañó durante toda la jornada, lo cual ayudó mucho a que aprovechásemos el forfait hasta el final. Mario demostró que ya está casi preparado para pasar a las pistas negras y David (que estuvo dando clases con un profesor) que la cuña ya no tiene secretos para él.


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