Desde hace algunos años teníamos la idea de pasar la nochevieja en Madrid, pero siempre salía alguna otra opción que nos impedía hacerlo. Este año, por la insistencia de Mario y David de ver la capital, decidimos que no podíamos esperar más, así que nos fuimos a pasar tres días.
Alquilamos un apartamento en todo el centro de la ciudad, concretamente en la zona de Callao. Desde allí visitamos todo el centro y el museo del Prado. Mario y David pudieron disfrutar de un estupendo bocadillo de calamares y de una porras con chocolate. Finalmente, la cena de nochevieja la pasamos con Eva y Carlos, sus primos. ¡¡¡Una gran manera de despedir el año!!
Desde Rovaniemi fuimos hacia el parque natural de Luosto. Dicho parque es famoso porque se puede visitar la única mina de amatistas al aire libre. La mina está en el centro del parque. Tras dejar el coche en un aparcamiento accedes a la mina caminando por un sendero de unos 5 kilómetros, El paseo es muy agradable, ya que vas por medio del bosque y te encuentras numerosas ardillas y renos.
Cuando llegas al final del sendero, alquilas un guía que te invita a tomar un té mientras te explica la historia y funcionamiento de la mina. Después te acompaña para que puedas buscar las amatistas que quieras. Lo que encuentres te lo puedes quedar con una condición: te han de caber en un puño.
Mario y David de camino
A punto de entrar en la mina
Buscando amatistas
Nuestro guia aconsejándonos acerca de la calidad de las amatistas
Mario y David con su premio
David con unos renos que nos encontramos por el camino
Mario con un reno que encontró en el parquing del parque
Tras visitar el parque ya fuimos bajando hacia Helsinki para volver hacia Barcelona. Como el trayecto de vuelta era muy largo paramos en Oulu. Quizás es la ciudad más bonita de Finlandia. Es muy recomendable ir a comer a los puestos ambulantes del puerto. Rosa, Mario y David comieron unos deliciosos muiku y tiras de salmón.
Una vez instalados en Rovaniemi nos fuimos la atracción más famosa de la ciudad y quizás de toda Finladia: la casa de Papá Noel. Está ubicada a unos pocos kilómetros de la ciudad justo en la línea que indica la entrada al círculo polar ártico. Una ve allí enviamos las postales de navidad correspondientes y entramos a visitar al propio Papá Noel. Hasta ese momento no habíamos visto a ningún turista, pero ese día comprobamos que estaban todos concentrados allí
Foto de familia con Papá Noel
Cuzando el Círculo Polar Ártico
Mario enviando una postal desde la casa de Papá Noel
Escribiendo postales
En la entrada a la casa de Papá Noel
Rosa y Mario
Con la vista puesta e Madrid
Con pose de grupo musical
David enseñado las coordenadas del Círculo Polar Ártico
Tras la región de los lagos nos pusimos en camino hacia Laponia, la región mas famosa de Finlandia y situada al norte del Círculo Polar Ártico. Tras muchas horas de carreteras entre bosques empezamos a ver los primeros renos por la carretera, lo que indicaba que estábamos cerca de Ranua. Esta ciudad era nuestro primera parada, ya que en ella se encuentra el famoso zoo de animales árticos. Pese al mal tiempo que hacía pudimos disfrutar de una visita muy interesante. Mario y David pudieron ver de cerca osos polares, alces, linces ... y todo ello en un entorno de naturaleza.
Renos que vimos por el parque
En la entrada del zoo
En la zona de osos polares
Mario con una de las muchas ardillas que vimos en el zoo
David midiéndose con las alas de un águila
Mario también midiéndo las alas
Tras ver el parque nos fuimos directamente a Rovaniemi, la capital de Laponia. Allí nos esperaba una típica cabaña donde descansar y dentro de ella una sauna finlandesa.
Desde Kuopio nos fuimos a pasar una jornada a Savonlinna. El nombre de la ciudad proviene de la principal
atracción de la ciudad: el
castillo medieval. La fortaleza data de 1475 y se construyó en un esfuerzo para
proteger la ciudad de Rusia, el rival natural de Finlandia. La visita la castillo es muy interesante. Mario y David pudieron vestirse con ropas de soldado medieval y pudieron, por un momento, sentirse defensores de la fortaleza.
A punto de entrar en el castillo
Paseando por los alrededores del castillo
Haciendo personajes
Mario, David y Rosa ante el castillo
Mario vestido de soldado medieval
David de lancero
David dispuesto a defender el castillo
El lago que baña la ciudad, y por tanto rodea el castillo, es el lago Saimaa,
el lago más grande de toda Finlandia y el cuarto más grande de Europa. En la ciudad se pueden coger barcos que te llevan a ver las únicas focas de agua dulce que hay en Finlandia. Nosotros no las pudimos ver, pero pasamos una jornada genial navegando por el lago.
Tras dos días en las ciudades del sur nos fuimos hacia la región de los lagos y concretamente a Kuopio, su capital.
Nuestro alojamiento era un spa-hotel ubicado a unos 5 kilómetros de la ciudad, en medio del bosque. Mario y David pudieron disfrutar de las piscinas interiores y exteriores que tenía el recinto.
En la piscina exterior del spa
Paseando por los bosques del hotel
En el embarcadero del hotel
Paseando por los lagos
En Kuopio vivimos una de las experiencias más interesantes del viaje. Desde el hotel fuimos a una cabaña situada en el interior del bosque donde pudimos disfrutar de una típica cena finlandesa (con canciones, bailes ...) y del espectáculo más extraño que hemos podido presenciar: un número de malabares realizado por un leñador encima de un tronco sobre el agua.
En la entrada del restaurante
Hay varias cosas interesantes que hacer en Kuopio. En primer lugar visitar la plaza del mercado, donde podemos comer un cualquier puesto pescado asado o salmón. Cerca de la plaza está el callejón "Pikku Piekari" con sus tiendas y cafés peculiares (en uno de ellos pudimos tomar un típico desayuno).
Comiendo un delicioso Muiski
En la entrada del mercado de Kuopio
Entrada al Pikku Piekari
En las afueras de Kuopio está la torre de Puijo. Tiene unos 75 metros de altura y desde su observatorio podemos ver todos los lagos que rodean a la ciudad.
